16/6/11

Metafísica y técnica de la democracia

Cada uno en su libre albedrío se desenvuelve en la a-cracia, suele estar de acuerdo consigo mismo y no tiene inconveniente en seguir el camino errático de sus pasos. Pero hay más, más gente, esos con los que prosperamos cooperando. Para esas relaciones hemos llegado, a base de coscorrones históricos, a la demo-cracia y, burla burlando, nos dejamos caer en sus confortables brazos, delegando el ejercicio de la responsabilidad en los aparatos del Estado; elegimos a los que en nuestro nombre ejercen el poder, pero no les damos un mandato, con lo que en su infinita expansión tienen carta blanca para ensayar en nuestras carnes sus elucubraciones y diseños sociales. Y no es que necesariamente sean malvados, sino que el material con el que trabajan somos nosotros, somos humanos, y sus planificaciones no pueden controlar ni saber lo que somos cada uno, lo que queremos, lo que cambiamos constantemente...