23/4/11

España a la cabeza de la revolución anarcocapitalista en Europa

Un fantasma recorre Europa, es el fantasma de la revolución silenciosa anarcocapitalista. Y España está en la vanguardia de este cambio de paradigma, librando una guerra soterrada a los aparatos del Estado. No nos imaginemos a ejércitos enfrentados, cada pieza de este puzzle milita en todos los bandos. Veamos sus huestes:

     Cinco millones de parados armados con cuchillos jamoneros repelando el pernil hasta sacarle brillo al hueso. Siete millones de pensionistas, de los que cinco cobran más de lo que han cotizado. Viudas amancebadas con sueldo y pensión ajena. Siete millones de menores de edad educados en la ciudadanía del confort a toda costa jaleados y adocenados por una pléyade de psicopedagogos. Setenta mil concejales, que aunque solo se les ocurra una idea al día de media y esa idea sea barata, pongamos 3.000 euros, son 70.000 x 3000 x 365=76.000 millones de euros al año.
     Otros cincuenta mil cargos públicos de diverso pelaje, autonómico, provincial, central, municipal... Trescientos mil liberados sindicales dedicados a lo que su propio nombre indica. Miles de millones de universidades que ocupan todo el universo de las más recónditas aldeas y caseríos. Tres millones de funcionarios. Centenares de miles atrincherados en la maraña de las redes caciquiles cobrando el PER.
Miles que dicen ser agricultores y se pasan el día leyendo el Boletín Oficial del Estado. Comandos de ONGs y asociaciones, emboscados en los más diversos colectivos prestos a ordeñar cualquier vaca, por muy seca que esté o aunque sea un toro. Setenta y cinco mil presos con aire acondicionado. Y las corporaciones: los sindicados, las iglesias, la patronal, los bancos que emplean a bandas de políticos para atracar ciudadanos. Y los empresarios, metiendo la navaja para cobrarse su cuardo de libra de los hígados del Estado.

Esta es la paradoja del socialismo, se autofagocita, se busca la ruina por definición ontológica. Su éxito en la igualdad, su empeño en podar las ramas más altas o cortar los troncos, deja un erial de matojos.

Pero nunca se llega a ello, la naturaleza humana es muy tozuda. Los mismos, ¡ojo los mismos! que propagan la verdad del adocenamiento, los temerosos públicos de la libertad, militan en las filas contrarias. Participan en manifestaciones laicas y en procesiones de semana santa. Legislan impuestos y los eluden. Persiguen ladrones y roban. Expropian dinero para las arcas públicas y lo privatizan a sus cuñados votantes.
     Y así se debilita el Estado, que se endeuda, hasta donde le den los denostados mercados ultraneoliberales, que no son otra cosa que los mismos mendas con la cartilla del depósito a plazo fijo; ello para amamantar a las miríadas de votantes-chantajistas que esperan la tajada a corto plazo, que sustentan el negocio de la supervivencia de políticos emperrados en no trabajar en el mercado, al que temen como a una vara verde, y con razón. La política es un negocio que no solo es tolerante con los incompetentes, si no que además cuenta con una estructura específica para su promoción: los partidos.
Así que la economía negra, o sea libre, o sea al margen de las garras de los políticos, se abre paso. Parados que trabajan, liberados sindicales que cobran recibos del Ocaso, inválidos rurales que corren como liebres, placas solares que producen electricidad de noche, políticos llamando a líneas eróticas por el móvil oficial, divorcios para conseguir plaza en el cole, empresas que pillan por abrir, y por cerrar; campañas publicitarias contra el tabaco y subvenciones a su cultivo, gente que vota con los pies, y se larga, mucha paz para fabricar pacíficamente armas...

En fin... esta revolución es una guerra de Gila, con guión de Berlanga y diálogos de Rafael Azcona.

2 comentarios:

  1. ¡Buenísimo! Parece un teatro del absurdo de Buero Vallejo.

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  2. Definitivamente te has lucido con este articulo. Describes la realidad de España tal y como cualquiera que viva su realidad la entenderia. Mi mas sincera enhorabuena.

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